6.14.2005

La noticia se la tenia que dar tarde o temprano. Segun yo prepare estrategias para actuar ante cualquier reaccion que el hubiera podido tomar. Ante todo llevaba en mente el no negar mi error -por experiencias derivadas de otras situaciones muy similares a esta, sabia que "sinceridad ante todo"-. Fui a la oficina de la esquina a recoger la "prueba del delito" y me preguntaron si queria que me acompañaran. Les dije que no, que el error era mio y como tal lo enfrentaria -sola-. Fue la temblorina de mi mano la que hizo que se escuchara el toquido. De no haberme estado temblando tanto la mano, juro que a lo mejor ahorita no estaria escribiendo esto y aun estaria pensando en mas estrategias e inventando tambien reacciones de su parte hacia mi, mientras le daria la noticia. En pocas palabras entre, le dije la he cagado (metaforicamente) y el resultado de mi error es esto.
Pienso y me da risa -hace rato nervios- ver el tamaño en que sus ojos se pueden abrir cuando algo no le parece, pero tambien me di cuenta que no era tan mala la noticia que le estaba dando o que a veces se le tiene en un concepto equivocado, porque mientras mas le explicaba la situacion, se le regresaba la mirada al tamaño habitual.
Ahora solo espero el que me deje de sudar cada rincon de mi cuerpo y que se me controle la temblorina. No cabe duda que la mejor manera de hacer las cosas es con seguridad. Confieso que uno de mis grandes problemas es salir de aqui y llevarme las broncas a casa, otro es el no sacarlas y platicarlas, dejarlas para mi, hasta que todo ha pasado -para bien o para mal-.
¿Sera un buen augurio el comenzar a reconocer mis defectos?