Discutir es lo tuyo...
Tal vez es la tercera o cuarta ocasión que lo llamo por tu nombre...lo que me causa una curiosidad inexplicable es que ni siquiera te pienso, ni siquiera te extraño, ni siquiera hay algo contigo. Te metes en mis pláticas de la nada y mi reacción inmediata es negarlo todo, pero ya es demasiado tarde, ya me escuchó, ya la cagué... Hoy fue el primer día que traté de buscarle una explicación -los demás no le daba importancia- y lo único que puedo pensar es que me acostumbré tanto a discutir contigo que ahora inconscientemente te meto en ese tipo de acciones. Después de todo a lo mejor para algo fuiste bueno y ahora te vuelves inolvidable: para discutir.